Durante la Cuarta Cruzada (1202-1204), la confederación de tropas cruzadas, con la ayuda de la flota veneciana, atacó Constantinópolis en un intento de cambiar al emperador y poder así tener uno afín a sus intereses. Cabe destacar también que eran conocidos como los «sacos de vino del emperador» por su afición a las bebidas alcohólicas. Esto hacía que, naturalmente, los miembros de la Guardia Varega (igual que sus homólogos griegos) fueran consumidores de dichos placeres proporcionados por una buena paga, acompañados por ríos de vino.