El pinchazo de los socios del Barça en el exilio de Montjuïc que agujerea los planes de Laporta Albert Ortega. Luego el pobre chivato tuvo que rectificar pero no hubo nadie que le creyera. Lo peor es que no se había dado ni cuenta y cuando se lo dije me contestó que no iba a parar, porque si no quedaba muy descarado… Y no es algo que me pase solo a mí, no…